sábado, 1 de febrero de 2014

Re-variante del Espolón Oeste de la Placa Grande. Roques de Guillermo.

  Con el proyecto en mente, levanto el teléfono y aviso a Miguel. Y él, rápido, se apunta a esta primera semana. Ya hemos escalado algunas vías juntos en el Sector Guanche, que conozco gracias a él. La idea es sencilla, empezar con algo facilito para ir cogiendo ritmo.

  A las 10 de la mañana estamos por Las Cañadas. Maravilloso poder hacer estas cosas entre semana, porque no hay ni dios. La idea era hacer alguna vía en La Catedral, teníamos en mente "La vía del diedro", pero al llegar al pie de La Catedral el viento nos echa atrás. Decidimos acercarnos a los Roques de Guillermo y acertamos, están prácticamente resguardados. Allí optamos por una variante en la placa grande de la que tenemos croquis gracias a anuestraputabola. Aunque luego lo seguimos a nuestra... manera.

La original iba por la fisura gorda.
  Miguel hace el primer largo, a nuestro parecer desviándose del croquis, por no encontrar donde proteger. Cuando me toca subir, veo que el diedro por el que se ha metido tiene su gracia y entiendo las maldiciones que lanzaba antes.

  Hacemos el relevo en la reunión y ya me va quedando claro que la roca, compacta, lo que se dice compacta no va a ser. Haciendo gala de mi valentía me desvío de nuevo hacia un diedro que me parece más compacto que la ruta original y termino metido en un fisura de dedos que ahora me hace maldecir a mi. La cuestión es quejarse... porque el tramo de 5 metros de roca compacta es precioso. Reunión entre bloques y recibo a mi compañero.


Metido en el último largo. ¡Y parecía tumbado!
   Miguel me comunica que me deja el siguiente largo a mí, y aunque me quejo estoy encantado (ya se sabe que somos un poco egoístas con esto de abrir). Supuestamente es un largo fácil de IV+, pero me hace sudar tinta y preguntarme quien me mandará a mí (en esto soy especialista). Diedro con fisura ancha y muy rota dentro, con lo que muchos seguros quedan colocados sobre roca no muy buena. Y aunque deja reposar muy cómodo en algunos sitios, no es tan fácil como esperábamos. Eso sí, este largo es el que más se disfruta por metros seguidos escalando. Reunión entre la fisura y un clavo, perfecta para dejarte los riñones asegurando (luego me quedó claro que hubiera sido mucho más fácil hacerla un par de metros más arriba) y reencuentro en la cumbre. Por cierto, el Parque debería pagar un canon a los escaladores, creo que no hubo grupo de guiris que no parara a sacar fotos (alguno incluso se animó a saludar a gritos y otros a echarse el bocata mientras sacaba fotos), lo dicho, atracción turística.
Camino de bajada.


Salimos caminando/destrepando y vuelta al coche comentando las hazañas del día e intentando resolver el mundo (¡ese deporte que se nos da tan bien a todos los españoles!). Un día de escalada genial con mejor compañía.

  La vía: Pues eso, ¿variante de una variante?
  El grado: ¿Quién sabe? Los dos largos de abajo los dejo en V por donde nos metimos nosotros. Y el de arriba, si alguien se anima a repetirla pues que comente, pero desde luego no vaya pensando que es una trepadilla de IV, porque se va a llevar un susto (si eres como yo, fácilmente asustable ¿qué le vamos a hacer? A llorón no me ganan).

  Las conclusiones:

  1. Asegúrate de llevar crema o terminarás como el cangrejo Sebastián.
  2. Hay que escalar más.
  3. La gelifracción o gelivación es un proceso consistente en la fragmentación de las rocas debido a las tensiones producidas al congelarse agua... vamos que te prepares que esto va a estar más roto que los huesos de los Jackass.

Nuestra variante en amarillo. Original aquí.



1 comentario:

  1. Buena escalada si señor. Entretenida cuanto menos. Cuando bajas de ahí se ven unas chimeneas por detrás espectaculares aunque de protección casi nula.

    Saludos.

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